viernes, 14 de septiembre de 2007

Inteligencia Emocional




Los seres humanos contamos con dos tipos de inteligencia: la racional y la emocional, entre ambas se complementan perfectamente llegando así a un equilibrio, cumpliendo la función de pensar y la otra de sentir (más gráficamente la relación cabeza-corazón).El intelecto no puede operar sin la inteligencia emocional, ya que el desempeño de nuestra vida diaria esta determinado por ambas.
La emoción alimenta e informa las operaciones a la mente racional y la razón mejora y a veces veta energía entrada de las emociones.
A pesar de esta complementación ambas mentes son semi-independientes teniendo cada una su red de conexión con el cerebro.
Nosotras nos hemos querido centrar en lo que concierne a la inteligencia emocional. La existencia de la mente emocional es previa a la mente racional, con los primates los cuales usaban su olfato para distinguir entre algo comestible o toxico. Comenzando así una evolución en los centros de emoción. Llegando a los mamíferos los cuales cuentan con el sistema límbico, el cual nos domina cuando estamos dominados por anhelo o furia, amor o temor.
Con la evolución de este se refinaron dos procesos cognitivos importantes: el aprendizaje y la memoria. Este permitió que al primate ser mas hábil en las decisiones respecto a su supervivencia.
El sistema límbico cuenta con 2 amígdalas las cuales actúan como un depósito de la memoria emocional, se puede decir que es especialista en asuntos emocionales. Además este sistema cuenta con la neocorteza que contienen los centros que comparan y comprenden lo que perciben los sentidos, también llamado el cerebro pensante. Se puede relacionar con los eventos de nuestra vida los cuales los reflexionamos y luego nos sentimos heridos o felices, por ejemplo: la perdida de un ser querido ó sentirnos felices por algún logro.
La neocorteza junto con la amígdala forman el denominado: núcleo inteligencia emocional. Cumpliendo la amígdala la función de: hacer que nos pongamos en acción, y la neocorteza despliega su plan de reacción más refinado.
El cerebro concede a la amígdala la función de reaccionar ante señales del ojo y oído, como emergencias emocionales, viajando del cerebro hacia el tálamo y posteriormente ante una única sinapsis a la amígdala. Para la segunda señal del tálamo se dirige a la neocorteza, esto permite a la amígdala poder responder antes que la neocorteza antes de percibir plenamente y poder iniciar la respuesta perfectamente adaptada.
Otro agente del sistema límbico es el hipocampo, el cual esta comprometido en registrar y dar sentido a las pautas de percepción. Este recuerda datos simples, también nos proporciona una memoria perfecta de un contexto y además es crucial en la identificación de rostros.
Concluyendo podemos decir que la inteligencia emocional es igual de compleja e imprescindible que la inteligencia racional, y para mantener ambas en equilibrio debemos aprender que significa utilizar la emoción de manera inteligente.

(Referencia Libro: Inteligencia Emocional)
Realizado por:

María Jesús Simpson-María Jesús Olfos- Natalia Quezada

1 comentario:

ZuClown dijo...

La verdad es que no tenía idea de la base científica (o más bien, fisiológica) de lo que significa la "Inteligencia Emocional"... lo relacionaba más profundamente al impulso animal que podemos tener.

Encuentro interesante este tema, ojalá se profundice aún más para conocernos realmente.